La medicina tradicional popular: una práctica de salud que también es Modelo.
Ante la crisis y abandono del estado en la vereda el Jardín- departamento del Putumayo en Colombia; y la falta de cobertura de calidad en salud, nos encontramos con practicas de salud populares que ayudan a sostener a las comunidades sumidas en verdaderas inequidades. Los saberes tradicionales en las comunidades rurales y de descendencia socio-cultural han aportado valiosos conocimientos acerca del funcionamiento del cuerpo en las zonas rurales del país.
La curación de enfermedades básicas como el cuajo, el frio, el mal ojo, la gripe, el dolor de cabeza, son atendidas por abuelas o abuelos que han recibido conocimientos de tratamiento de enfermedades que se trasmitieron de generación en generación. Por razones como estas se puede afirmar que dichos conocimientos son milenarios, conocimientos históricos de avance cultural. Las Causa, signos y síntomas de las enfermedades y determinantes naturales, son algunas de los diagnósticos que las abuelas o abuelos notan cuando están diagnosticando una enfermedad o están atendiendo a una mujer en proceso de gestación. El poder autoritario de la medicina occidental en las prácticas culturales de salud, sigue siendo un detonante de pugnas de poder frente a la preservación de plantas medicinales pues mientas la medicina tradicional popular se mantiene con mirada humana, la medicina occidental ve al ser humano solo como un cliente y son estas razones por las cuales los procesos curativos nunca tienen efectividad.
En este espacio queremos presentar a doña Concepción Gómez o doña Conchita, como la llaman con cariño en la vereda del Jardín en el municipio de Puerto Asís- Putumayo, nacida en Patía Cauca y criada en Putumayo, con 74 años de edad es la abuela que sostiene en tratamientos de salud a la población del Jardín y otras más del municipio que llegan del voz a voz de la efectividad de sus curaciones. Ella es una mujer de una estatura más o menos de 1.50, fuerte y amorosa que piensa en cada persona que llega a su casa brindando una atención amable, llena de abrazos y de sonrisas muy sinceras.
Ella es partera, quien prepara a las mujeres para un parto estable, sano y natural. A cada mujer que llega a su casa en embarazo ella le fortalece la matriz, se las arregla si esta desajustada, se les acomoda el bebé, cuenta que, para evitar abortos naturales, ella utiliza el agua de coco, se preparan tres astillas de canela en agua como infusión, luego se junta en un vaso, el agua de coco y el agua de canela, sin que el agua de canela sea mayor a la del coco. Este procedimiento se hace después de que ella sobe a la mujer embarazada para acomodar la matriz y/o al bebe. Luego de que la mujer tiene el bebe, la matriz es enterrada en la tierra. Cuenta que para que una mujer pueda quedar en embarazo se debe realizar un emplasto con plantas picadas muy delgadas, con una porción de carne molida, se junta con el ajo, hierba buena, el poleo, canela molida, anís, comino o cúrcuma, se fritan un poco en un sartén a fuego lento. Después de que este frio se hace una masa formando una bolita, luego de que se ajusta la matriz por medio de una sobada se le pone la bolita del emplasto en el ombligo, forrándola encima con un parche León. Este emplasto saca el frío de la matriz y le da vitaminas para fortalecerla.
Para superar la enfermedad del frio, como popularmente lo llaman y que es generado por energías negativas que rondan por la naturaleza, ella utiliza el eucalipto, el romero, en un baño de plantas en agua caliente de la cintura para abajo, la recomendación que hace ella, es que al siguiente día no se puede bañar con agua fría. Doña conchita cuenta que para diagnosticar el mal de ojo en un niño ella nota que hay tres clases de mal de ojo; el primero que identifica es el ojo secador, ojo bravo y ojo bobo y que se les nota en la mirada y en el llanto.
Lo primero que ella realiza es pasarles un huevo por todo el cuerpo de pies a cabeza, luego lo pone en un vaso, que le muestra que enfermedad tiene y que utilizar para curarla.
Ella define el mal de ojo asi:
En el ojo secador: donde el niño queda muy flaco o como ella dice muy seco, sin ánimos, dice que no comen casi y lloran mucho.
El ojo bravo: el niño llora por un dolor de estomago que los puede matar instantáneamente.
El ojo bobo: vuelve al niño como si estuviera en condición de discapacidad cognitiva.
Ella después de identificar que enfermedad padece el niño utiliza una botella con aguardiente o como popularmente lo llaman aquí “juan chaca” que contiene las plantas de eucalipto, romero, hierbabuena, ramo bendito y los riega con esta bebida que acompañada de un rezo ayuda a sanar al niño de estos males. Para sacar malos espíritus ella dice que utiliza las plantas llamadas Barva de chivo, tres ramas, acompañadas del aguardiente con plantas dulces y un rezo. cuenta ella que los números impares son muy importantes a la hora de sacar malos espíritus.Doña conchita aparte de cocinar para trabajadores en la vereda, ella también los soba de tendinitis ya que cada ves que llevan cargas o están en labores a pie y son de gran esfuerzo sucede torceduras o lesiones.
Para dicha labor cuenta que utiliza primero tres cuerdas que sale del plátano y ella llama látigo, acompañada de un rezo u oración, sobando cura dichas lesiones.
Con infusión de hoja de coca sin químicos y raspada hacia arriba se puede curar hemorragias o espasmos menstruales. Con treinta y dos partos en sus manos es la única mujer adulta mayor que atiende a la gente generando democracia en salud desde su saber popular que fue trasmitido por su madre en su etapa de crecimiento. Con sus arrugas cuenta la historia de cada suero que ha puesto, como aprendió a canalizar y como a atendido a las de 300 personas con enfermedades de todo tipo.
Entre tanto afán, dolor, abandono, olvido y tristezas encontramos a esta gran mujer que camina su vereda y atiende a su gente que les da salud y amor para seguir resistiendo.
Ella es luz, amor, capacidad de levantar el animo con el abrazo que ofrece y su sonrisa es motivo de seguir adelante, ya que trasmite fuerza. Ella es la mayora de esta vereda, que tiene una huerta donde mantiene la conexión con la tierra para ofrecer soluciones en salud.
La soberanía depende del afecto, atención y organización de los seres, es lo que doña conchita trasmite con cada acto de calidez que ofrece y sus oraciones que de corazón intensiona actos de reparación integral, sobre todo la de la mata de sábila que reza para proteger su hogar. Estamos invitados a retornar a el dialogo y a la conexión con los y las abuelas, pues seguimos holísticamente creciendo junt@s, dependemos los unos de los otros para seguir creciendo como seres humanos, por eso la gran invitación es a querer a nuestros viejos/as y a entender sus dinámicas. Ella doña Conchita da de lo que tiene para mantener la fuerza de su territorio y es hermoso.
Autora: Lourdes Revelo
Trabajadora social